sabots cheval

¿Cómo puedo mantener sanos los cascos de mi caballo?

¡Sin casco no hay caballo! Esta conocida expresión revela una realidad muy compleja. Numerosas patologías pueden afectar a los cascos de un caballo e impedirle moverse con normalidad. Al igual que ocurre con otras patologías, más vale prevenir que curar, gracias a unos sencillos consejos.

Los problemas más comunes de los cascos

Podredumbre de la Ranilla

Es muy común que la ranilla del casco se reblandezca y empiece a perder las características de su estructura normal. La causa principal de las podredumbres de la ranilla es la humedad o el mal mantenimiento del suelo por el que corre el caballo. En los casos más graves, la grieta puede llegar a tocar el tejido vivo del casco o permitir la entrada de gérmenes, bacterias u hongos. Por eso es importante tratarlas rápidamente. Existen varios productos en el mercado para este fin. El tratamiento debe realizarse todos los días durante varios días. Lo ideal es colocar a los caballos con podredumbre de la ranilla en suelo seco.

Absceso subcorneo “Zapatazo”

Equivalen a un hematoma en el casco. La causa puede ser, un golpe con diversos objetos, según la disciplina a la que se dediquen. Rara vez causa cojera grave, pero puede convertirse en un absceso. Así que no lo pierdas de vista. El mejor remedio es descansar unos días.

Cuartos ascendentes y descendentes

Un cuarto es una grieta que aparece verticalmente en el casco de un caballo. Puede ser ascendente (la porción más distal del casco en contacto con el suelo, hacia arriba, hacia la corona) o descendente (la corona hacia abajo, extremo distal del casco). La causa suele ser un casco más seco con una muralla quebradiza, un mal mantenimiento del casco o un traumatismo causado por un golpe. En este caso, el herrador actúa creando un surco perpendicular para evitar que los cuartos se sigan extendiendo hacia arriba o hacia abajo. Paralelamente se pueden utilizar grapas para evitar que la muralla se separen demasiado un lado de otro ampliándose y profundizándose la grieta con la misma presión del peso y/o el movimiento del caballo.

Hormiguillo

El hormiguillo es un desprendimiento entre la muralla y la línea blanca. Es provocada por la entrada de bacterias y hongos anaerobios (que se desarrollan sin presencia de oxígeno) en el casco. Por ello, es importante tratarlo adecuadamente. A menudo se descubre durante el recorte o en las radiografías. Las causas más frecuentes son un mal mantenimiento del casco, la cal, una muralla de mala calidad, abscesos no detectados, etc. En estos casos, es mejor esperar a que se haya drenado el casco y habrá que esperar a que la muralla vuelva a crecer regularmente se trata con desinfectantes y fungicidas.

Abscesos

Los abscesos en los cascos pueden tener muchas causas (golpes, introducción de un cuerpo extraño en el casco, tales como vidrios, piedras agudas y los mismos clavos halladizos al herrar etc.). Generalmente es muy doloroso para el caballo, que sufre una cojera grave. Para tratar un absceso, una vez localizado en el casco, el veterinario (o el herrador) intenta recortar la suela hasta llegar al absceso. Una vez perforado el absceso, el fluido purulento conocido como “pus” puede drenar y esto reduce la presión en el casco, por tanto, el dolor también. Cuando el absceso todavía está demasiado alto en el casco, se pueden aplicar cataplasmas de linaza en todo el casco para madurar el absceso hasta que este drene. A continuación, el absceso debe tratarse diariamente con productos antisépticos y apósitos.

horse hooves

Algunos consejos para un buen cuidado de los cascos

Consejo 1: Mantenimiento regular

Un casco sano empieza por un mantenimiento regular. Todos los días, limpie los cascos de su caballo, con el gancho y cepillo, compruebe que cada uno de los cascos está en buenas condiciones (sin cuerpos extraños, en buen estado todas y cada una de las estructuras del casco, para poder observar, detectar y actuar a tiempo).

Consejo 2: Aplique un producto de cuidado cada semana

A continuación, engrasa los cascos de tu caballo al menos una vez a la semana con un producto adecuado. En contacto con suelos, camas y ambientes muy húmedos, trate de minimizar esta situación y utilice productos secantes para combatir la humedad tales como el uso de aguaras. En contacto con suelos, camas y ambientes muy secos, trate de minimizar esta situación y es preferible utilizar productos más humectantes como grasas y aceites.

Consejo 3: Tome un tratamiento de suplementos nutricionales

Si la calidad de la muralla del casco de su caballo no es óptima, puede tomar un tratamiento de suplementos alimenticios a base de biotina.

Consejo 4: llame a su herrador

Para los caballos herrados, llame al herrador cada 6 a 8 semanas para evitar que los cascos se alarguen demasiado, lo que podría provocar una de las patologías mencionadas anteriormente. En el caso de los caballos sin herrar, acuda al herrador para un recorte regular (cada 4 o 5 semanas, en función de la rapidez con la que se desgaste el casco en función del tipo de suelos y actividad del caballo).